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El RECINTO de Omar González

¡SIGUE TU CAMINO SOLO!

¡SIGUE TU CAMINO SOLO!

Una fuerte sensación de miedo se apoderaba de mí, por un momento me sentí rodeado de los mayores y más temidos sentimientos, los ruidos del cuarto parecían perforar mis oídos, ¿ruido, silencio?, ante el terror ¿quién encuentra la diferencia?, los latidos de un televisor en coma hacían cimbrar el suelo, sin más, lentamente me levante y coloqué mi pie izquierdo en el piso, ¿izquierdo?, mala ventura dicen los supersticiosos, aunque en este momento ya no sé si creer o reír, los ruidos se escuchaban con más fuerza, al fin en dos pies caminé algunos pasos, recorrido infame que tantas veces había hecho todas la mañanas, poco a poco el ruido tomaba forma: ¿sollozos, llanto, suspiros?, no lo sé, pero alguien aparentemente se había introducido a mi recámara y parecía estar más temeroso de las sombras que yo de ese momento, inquieto busque por el armario, bajo la cama, detrás de mis sueños, en los rincones de mis poemas... nadie, ¿locura la llaman?, no quiero ser esta noche su presa, quizá algún día pero hoy no, armado con un poco de valor inspeccione en el lugar donde jamás mi mente me habría empujado: el espejo ... ¿es posible?, creo que la paranoia realmente me tomo por asalto en mi cama y me ha hecho su víctima, o la noche, las pesadillas, ... algo, no lo sé, lo que no podía entender era ¿cómo?, aunque no hay explicación para ello, pues me miraba ¡sí! ... me miraba eso puedo creerlo... era mi rostro, mis anhelos, mis labios, mis dedos amarillos por poemas oxidados que leí la noche anterior, era yo, pero el reflejo en el espejo no correspondía a mis movimientos, pues me encontraba ... ¿qué estoy diciendo? ... me encontraba tirado en el piso llorando, muriendo ¡no sé que pasa! ... pero yo, ¡que locura! estaba de pie frente al espejo que me estaba robando la cordura, ... me miré, sentí pena por mí, ¡¿es eso posible?!, por un momento nos contemplamos .. ¿nos contemplamos? que estoy diciendo ... y entonces nuestros movimientos correspondían, nos acariciamos las yemas de los dedos, circunspectos, meditantes ... al fin hable y me pregunte: ¿qué te sucede?, tú lo sabes bien - respondí- entonces gritó y me escuche tan fuerte y claro que no pude reconocer mi voz: ¡¿Qué te sucede, qué has hecho de nosotros?!, ¿acaso la vida no te ha dado lo suficiente?, - y lloró, bueno lloré-, no entiendo le respondí, pero si te refieres a los corazones rotos y los poemas tristes, prometo que eso cambiara, pues en la mira tengo un rumbo que puede hacernos más felices ..., creo que desfallecí, no recuerdo nada, solo que apenas dije esto rodé por el piso cual poema de Neruda caído al suelo y roto en mil pedazos ... llego el día con su vestido azul, los rayos de un sol radiante me despertaron, ¿sueño acaso?, no lo sé, pero yo estaba ahí en el suelo, desnudo, con una hoja en mi mano que decía: ¡Buena suerte! y un espejo roto que gritaba: ¡Sigue tu camino solo!.

8 de Mayo de 2005 Omar González Vázquez

4 comentarios

Omar González -

Hola "Yo", lamento no reconocer quien eres, pero te agradezco mucho que visites mi Recinto, espero lo sigas haciendo, un abrazo.

Yo -

Hola Omar! Siento no dejar mi dirección! pero creo que sabes quien soy! sabes? tenía muchísimo tiempo de no visitar tu página! aunque tenía muchas ganas de hacerlo! pero ya sabes, mil cosas, mil pretextos... me lo habían impedido! y en este momento que pude entrar, me encuentro con este relato! y sabes! Me describe tan bien! habla tanto de mí como no te imaginas, sé que no tiene nada que ver conmigo, porque lo escribiste tú! con tus emociones, tus sentimientos, tu forma tan especial de ser y pensar, pero... parece mentira, me encuentro retratada, o almenos, eso pienso y siento en este momento! :'(
Gracias por escribir cosas tan bellas, tan...no sé como llamarlas, por compartirlas con nosotros y en especial por dejarnos apropiarnos de ellas! Hasta pronto!

Corazón... -

Hola :-)

Bonito relato, cómo sólo tú sabes escribir :)

Un abrazo, feliz inicio de semana :)

;o)

muralla -

Intrigante y bello relato...
Un abrazo. Muralla.