"CRÓNICA DE UNA HISTORIA APAGADA"
"Siempre tenemos las fuerzas para salir adelante, tristemente, algunos lo descubren demasiado tarde" Omar González Vázquez.
CRÓNICA DE UNA HISTORIA APAGADA
Aquella sombra se sienta sobre un puño de anhelos vagos, profanos, necios y resonantes a la vez, toma en su puño la más mortífera de las armas. Por su mente: vida es muerte y muerte es salvación; vacila su vida en el péndulo del tiempo, sus ganas mueren, su alma se esfuma, él se disuelve y pierde tiempo a las reflexiones, la ira triunfa una vez más; no hay salidas, sólo una, sin embargo, la esperanza le niega el paso, riñe con su cuerpo, suda por el viento, golpea con fiereza aquellos ventanales negros de humo, negros de inconciencia, estrellados de tristeza, ahogados en el trago más amargo que da la muerte cuando juega con una vida.
Un grito sucumbe la sala del despojo, aquellos cuadros con cristales de recuerdo caen y se rompen, truena el silencio, muere la nada, pierde espacio, pierde tiempo, pierde amor, pierde un cielo, su Dios, su mente; todo poderío suyo derrumba el mínimo resplandor de sol; una daga, un vacilante hilo de sangre rueda por el espacio, todo él deja romper y estrellarse sus recuerdos, se mira, se duele, él mismo se llora - ¡ vaya ironía! -, todo bajo su mando pierde destreza, todo pierde y nada gana.
Un cuerpo, una daga, un charco de sangre, un mar de ilusiones, un mundo de dolor, y en el aire ... ¿qué queda?: un olor de recuerdos con pestilencia a muerte y un embarro erróneo de lo que él siempre consideró su ideal ¡va¡, tarde despiertas y tarde así comprendes que amor no es tal, fue o quizá intentó ser un humeante aire de dolor con su fiel disfraz de ternura, aunque ternura (ahora lo sabes), es sólo engaño, es sólo hipocresía.
Muerto estás y considérate así aunque tu puñal sea una pluma, tu sala una hoja de papel, el hilo de sangre la tinta macabra del porvenir, y el cuerpo tristemente irreconocible y apagado: tú.
Omar González Vázquez 18 / Julio / 1996.
CRÓNICA DE UNA HISTORIA APAGADA
Aquella sombra se sienta sobre un puño de anhelos vagos, profanos, necios y resonantes a la vez, toma en su puño la más mortífera de las armas. Por su mente: vida es muerte y muerte es salvación; vacila su vida en el péndulo del tiempo, sus ganas mueren, su alma se esfuma, él se disuelve y pierde tiempo a las reflexiones, la ira triunfa una vez más; no hay salidas, sólo una, sin embargo, la esperanza le niega el paso, riñe con su cuerpo, suda por el viento, golpea con fiereza aquellos ventanales negros de humo, negros de inconciencia, estrellados de tristeza, ahogados en el trago más amargo que da la muerte cuando juega con una vida.
Un grito sucumbe la sala del despojo, aquellos cuadros con cristales de recuerdo caen y se rompen, truena el silencio, muere la nada, pierde espacio, pierde tiempo, pierde amor, pierde un cielo, su Dios, su mente; todo poderío suyo derrumba el mínimo resplandor de sol; una daga, un vacilante hilo de sangre rueda por el espacio, todo él deja romper y estrellarse sus recuerdos, se mira, se duele, él mismo se llora - ¡ vaya ironía! -, todo bajo su mando pierde destreza, todo pierde y nada gana.
Un cuerpo, una daga, un charco de sangre, un mar de ilusiones, un mundo de dolor, y en el aire ... ¿qué queda?: un olor de recuerdos con pestilencia a muerte y un embarro erróneo de lo que él siempre consideró su ideal ¡va¡, tarde despiertas y tarde así comprendes que amor no es tal, fue o quizá intentó ser un humeante aire de dolor con su fiel disfraz de ternura, aunque ternura (ahora lo sabes), es sólo engaño, es sólo hipocresía.
Muerto estás y considérate así aunque tu puñal sea una pluma, tu sala una hoja de papel, el hilo de sangre la tinta macabra del porvenir, y el cuerpo tristemente irreconocible y apagado: tú.
Omar González Vázquez 18 / Julio / 1996.
3 comentarios
lunaaaaa -
Fidel Noriega Lagunas -
No he terminado de leer todos pero le voy a seguir por lo pronto los que llevo estan bonitos.
Cuidate mucho y un abrazo. Nuevamente FELICIDADES...
Trini -
después he visto qu elo escribiste en el 96, osea que ya ha llovido, espero que el desamor de entonces haya permutado en amor y optimismo ahora.
Un beso, encantada de leerte