LA GUITARRA
Ah la guitarra, esa mujer en celo
que habla en su canto y muere en su silencio
con tu salud de música nacida
me brindas un placer casi doliente
y eso porque tus cuerdas te dicen lo que digo
y lo que digo es triste de cristal.
Ah la guitarra, esa mujer que llega
con un amor de huésped indefenso
tu mástil, o tu puente o tu rasgueo,
tu voz quebrada en todos los idiomas
me dejan libre para a alegría
que sube y baja en tu cordaje neutro.
Ah la guitarra, esa mujer sensible
que invade el patrimonio de la noche
mueve las humedades del follaje
y se roza con árboles sonámbulos,
ah la guitarra, esa mujer erótica
que se exhibe desnuda en la terraza.
Mario Benedetti
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